Adaptar el hogar a la edad

Crece el número de personas mayores de 65 años que viven solas en su casa. Es necesario prever la adaptación a los cambios físicos.
Casi 8 millones de personas vivirán solas en España en 2039, un 41,9% más que en la actualidad si se mantienen las tendencias demográficas actuales. Así, en los próximos 15 años habría 7,7 millones de hogares unipersonales, un tercio del total, según la Proyección de Hogares 2024-2039 publicada el pasado junio por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De esta manera, el número de personas que viven solas seguiría aumentando, según las proyecciones, ya que actualmente suponen el 11,2% de la población total y en 2039 serán el 14,3%. Por primera vez en la serie histórica, se situarían como el tipo de hogar más frecuente (33,5% del total), por delante de los de dos personas (31,3%), según precisa el INE.
Dentro de este grupo, el más numeroso será el de personas mayores de sesenta y cinco años. No es una tendencia nueva, pero es importante tenerla en cuenta debido a las necesidades que este colectivo va adquiriendo con los años, lo que implica una adaptación del hogar para mejorar la seguridad, la accesibilidad y el bienestar.
La razón es clara: la realidad se impone. Tres de cada diez personas mayores caen al menos una vez al año, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, y estas caídas acaban provocando el 70% de los accidentes fatales en mayores de setenta y cinco años.
Para evitarlo, existen múltiples soluciones, que van desde contar con un cuidador a tiempo completo en casa hasta tener un robot, una opción que cada vez es más real. Sin embargo, entre ambas opciones hay una amplia variedad de soluciones, tanto tecnológicas como mecánicas, que, bien combinadas y adaptadas a cada situación, proporcionan la tranquilidad que los usuarios necesitan. Esto es especialmente relevante porque la gran mayoría de las personas mayores prefieren envejecer en su casa, y lograrlo es un desafío para las familias.
EJEMPLOS DE MEJORAS PÚBLICAS Y PRIVADAS
Encontrar innovaciones que faciliten la vida de las personas que año tras año se van volviendo más dependientes es clave. Se trata de innovaciones, habitualmente tecnológicas, que permiten mejorar el trabajo de los profesionales del sector.
- Asistentes virtuales: En el mercado existen asistentes como Alexa, Siri o Google Home, pero también se han desarrollado nuevos dispositivos más adaptados a las necesidades de las personas mayores. Un ejemplo es Serenia, un asistente desarrollado por el Centro de Investigaciones Tecnológicas de Telecomunicación de la Universidad de Vigo, que también funciona como una amiga digital para combatir la soledad.

Casal Online de Suara: Se trata de un centro con numerosas actividades que las personas mayores pueden seguir desde casa a través del televisor. No necesitan ordenadores ni programas complicados. Un sencillo dispositivo conectado a la televisión permite acceder a clases en directo, ya sean de actividad física, estimulación cognitiva o entretenimiento.
- Duchas inteligentes: Tras ver cómo su abuela padecía Alzhéimer y lo que esto suponía para su familia, un joven catalán, Èric Güell, diseñó una ducha inteligente que, tras diversas mejoras junto con universidades catalanas, ya está en el mercado. Se llama Showee, tiene opción de lavado y secado, optimiza el tiempo de los cuidadores y reduce el consumo de agua. Su diseño se adapta al nivel de autosuficiencia de cada usuario, con pantalla táctil, asistente virtual de voz y un sistema de control remoto para el cuidador.

- Ayudas para las cuidadoras: En este campo se está innovando con brazos robóticos y robots dotados de inteligencia artificial que pueden monitorear caídas, siendo proactivos en lugar de reactivos y detectando la caída antes de que ocurra. Estos dispositivos, junto con la mejora de camas inteligentes, grúas y exoesqueletos, pueden mejorar la calidad de vida tanto de las personas dependientes como de sus cuidadores. El Centre de Vida Independent es un ejemplo de innovación social.

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