La carga mental, a cargo de las mujeres

Es hora de tener en cuenta el concepto de economía feminista para valorar realmente los trabajos de cuidados
La economía feminista apela a la lógica de la vida frente a la lógica del capital. Por lo tanto, la economía feminista surge como un nuevo paradigma de carácter rupturista con los anteriores, que da valor y pone las condiciones de vida en el centro, y los trabajos de cuidados como una cuestión esencial para el desarrollo y sostenimiento de la sociedad. Así lo explica la máxima experta de la escuela de economía feminista, la profesora de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona, Cristina Carrasco. Es sobre sus investigaciones que se miden la corresponsabilidad y la conciliación en los informes con perspectiva de género que elabora la Generalitat de Cataluña. El último, que data de marzo de este año, vuelve a dejar en evidencia, una vez más, de quién es la carga mental de los cuidados. Y es de las mujeres.
“La carga mental de las mujeres y el sector de los cuidados feminizado”
Todos los indicadores lo reflejan. Y aunque los planes de igualdad, como el de la propia Generalitat, entienden que la “corresponsabilidad tiene que ver con el compromiso de todas las personas que conviven y forman parte de la sociedad para cuidar y hacerse cargo, en igual medida y valor, de lo reproductivo y lo productivo, de lo doméstico y lo público, de los cuidados y del sustento”, la realidad es otra.
Tal y como se puede ver en los distintos gráficos, existe un sesgo de género entre hombres y mujeres inactivos en el mercado laboral debido al cuidado de terceras personas. En concreto, en el año 2023, el último del que se tienen todos los datos, solo el 11% de los hombres de Cataluña están inactivos por razones de cuidado, mientras que en el caso de las mujeres, el porcentaje es del 37,2%. Este porcentaje está todavía por encima de la media de la UE. La tendencia es creciente entre los hombres, y en este caso, superior a la media europea.

Otro indicador pone de manifiesto la desigualdad entre mujeres y hombres respecto a la inactividad por razones relacionadas con las tareas del hogar y por pensiones diferentes a la jubilación, que recaen específicamente en las mujeres. De entre las personas inactivas a causa de las tareas del hogar, el 85% son mujeres, y de entre las personas inactivas por pensiones distintas a la jubilación, las mujeres representan el 81,5%.

Los datos son claros. La solución, no tanto. Pero sí parece que últimamente se está poniendo el foco en el bienestar emocional y la salud mental, lo que abre algunas grietas hacia la urgente necesidad de poder cuidarnos a nosotras mismas para poder, después, cuidar a las nuestras. Y eso significaría tener tiempo y energías para poder atender a las personas dependientes a las que queremos, y no tener que cargar con el peso no solo del trabajo, sino también del malestar y la culpa de no poder estar a su lado como quisiéramos.
Este tiempo se consigue con la ayuda de profesionales de un sector, el de los cuidados, que va en aumento y que requiere, sobre todo, empatía. En este punto, el de los cuidados personales, los avances tecnológicos pueden ayudar, pero no sustituir el factor humano.

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