El cuidado de una persona con Alzheimer

Artículo de: Irene Pulido, neuropsicóloga de Alzheimer Catalunya Fundació

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa y la causa más frecuente de demencia, que se caracteriza por provocar un deterioro cognitivo progresivo que genera cambios en el comportamiento de la persona diagnosticada. Afecta diversas funciones como la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el razonamiento.

La evolución del Alzheimer hace que la persona afectada llegue a ser completamente dependiente, necesitando ayuda para realizar todas las tareas diarias. Por eso, es una enfermedad que impacta directamente en el ámbito familiar, que suele ser quien se encarga de los cuidados.


Recomendaciones para personas cuidadoras


A continuación encontrarás una serie de aspectos para mejorar el bienestar y el cuidado tanto de la persona afectada como de la persona cuidadora:

1. Comunicar

Es importante evitar elementos que distraigan, como ruidos de la televisión o la radio. También conviene dar tiempo para que la persona comprenda y responda las preguntas, y repetirlas si es necesario.

No se recomienda contradecir lo que diga, aunque no tenga sentido, ya que puede intensificar ciertos comportamientos. En cambio, es útil reforzar el mensaje con gestos y miradas. Por último, hay que tratar a la persona como adulta, usar frases cortas y sencillas, evitar movernos mientras hablamos y no bajar el volumen de la voz.

2. Potenciar la autonomía

A través de la Estimulación Cognitiva, se pueden realizar actividades diarias que ayuden a mejorar las capacidades preservadas y la calidad de vida de la persona afectada.

Por ejemplo, realizando tareas domésticas adaptadas a su ritmo y vinculadas a una rutina, animando a participar en aficiones que ya tenía, con juegos como el memory o los sudokus, fomentando conversaciones para estimular el lenguaje, ayudando a mantenerse al día con la actualidad para mejorar la atención, o desplazándose a un centro donde haya alguna oferta lúdica que le permita relacionarse con otras personas.

3. Adaptar el hogar

Nuestro hogar es el espacio más seguro para la persona dependiente, por eso es importante tenerlo bien adaptado: evitando suelos con objetos deslizantes como alfombras (por el mismo motivo se recomiendan zapatillas cerradas), con una buena iluminación cálida y luces en las zonas de paso que permanezcan encendidas también por la noche, con barras de apoyo fijas en las paredes del baño o en las escaleras, y, si es necesario, con señales que indiquen cómo llegar a las zonas que más frecuenta.

4. Gestionar les emocions

Como hemos mencionado, convivir con una enfermedad como el Alzheimer presenta muchos retos emocionales para toda la familia.

Por eso es importante estar bien informadas sobre la evolución de la enfermedad y los recursos disponibles, así como sobre los espacios de acompañamiento efectivo tanto para la persona diagnosticada como para el entorno cuidador, como los Grupos de Apoyo.

Aprender herramientas de gestión y disponer de momentos de respiro ayudará a la persona cuidadora a evitar el aislamiento social y el agotamiento mental y físico al que a veces conduce el cuidado, y mejorará la atención hacia su familiar.


Desde Alzheimer Catalunya Fundació se acompaña a las personas diagnosticadas de Alzheimer y a sus familiares en todas las fases de la enfermedad. A través de un asesoramiento gratuito, llamado las Acogidas, se escucha y se orienta para que conozcan todos los recursos disponibles y los proyectos que pueden ofrecerles apoyo. Buscar orientación y dejarse acompañar puede hacer este camino un poco más llevadero.

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