El cuidado de las personas mayores: guía completa para familias

Atiende a tu familiar desde el respeto y cuidando también de tí

Al envejecer, en la mayoría de los casos, es inevitable ir perdiendo facultades físicas y mentales.

A veces, cuando la persona ya no puede hacerse cargo de sí misma, entra en situación de dependencia y necesita que alguien mire por sus necesidades básicas. Este hecho supone para ella una renuncia y para la persona que la cuida:la de asumir una tarea que requiere habilidades y generosidad.

Además, a menudo se afronta el cuidado de una persona mayor con total desconocimiento. 

Esta guía pretende darte un poco de luz acerca de cómo actuar para cuidar de tus mayores cuando tienes por delante un familiar al que quieres ayudar y no sabes cómo.

¿Qué encontrarás?

  1. Cuidar respetando. Los derechos de las personas mayores. 
  2. Cuídate para cuidar. Consejos útiles de autocuidado. 
  3. Crea un entorno seguro para la persona dependiente.
  4. Planifica las finanzas.
  5. Estrategias para una mejor atención.
  6. Busca recursos y aprende a delegar.

Cuidar respetando. Los derechos de las personas mayores.

Si una buena comunicación es clave para todo, lo es más en una situación complicada como la de atender a una persona mayor. 

Es importante proporcionar un trato respetuoso y digno. No caer en la infantilización y hablarle acorde a su edad.

Es necesario reforzar las fortalezas y las capacidades de las que aún dispone la persona cuidada, dándole así mayor autoestima y seguridad.

Es su vida, y, por lo tanto, es libre aún de decidir, en la mayoría de los casos, por sí misma. Por ejemplo, tiene derecho a su intimidad, así como a su gestión económica y al disfrute de sus bienes.

Presta atención a sus emociones y sentimientos. Es vital darles espacio para su salud mental.

Piensa en cómo te sientes tú cuando te haces, por ejemplo, un esguince de tobillo y necesitas ayuda para tu higiene personal. Imagínate si, además, sabes que no es algo temporal, que es irreversible. Ante esta situación, cuánto menos, estarías triste, de mal humor y quizás con la moral baja.

Empatía, paciencia y trato amoroso es lo que requiere una situación de pérdida de autonomía. Que puede ser física, mental, intelectual o sensorial.

Cuidar cuidándote. La importancia del autocuidado de la persona cuidadora.

Cuidar a una persona dependiente es cansado. No solo física, sino sobre todo a nivel emocional. Ya lo vimos en el artículo Cómo lidiar con el estrés al cuidar una persona mayor.

Porque cuando otra persona depende de ti, es aún más importante estar bien.

Tener unos hábitos saludables te ayudará a prevenir situaciones de estrés, a poder cuidar desde la calma y sobrellevar la situación de la mejor manera posible.

Y también hay que conciliar el cuidado de calidad con la vida personal, laboral y familiar. Un reto cuanto menos, difícil.

El autocuidado es la base. 

Si tú no estás bien, no puedes cuidar a nadie.

Lo que puedes hacer:

  • Dormir bien: un buen descanso es fundamental para sentirse bien, descansada y con energía.
  • Hacer ejercicio: reservar un tiempo para hacer ejercicio es necesario. No es necesario ir horas al gimnasio: caminar cada día un rato y hacer unos minutos de ejercicios de fuerza puede ser suficiente.
  • Alimentación: una dieta equilibrada, con horarios, con alimentos nutritivos, te aportará lo que tu cuerpo necesita para enfrentar el día con energía y buen humor.
  • Aficiones: no abandones esta actividad que te ayuda a desconectar. Aunque le dediques menos tiempo, no la abandones del todo.
  • Socialización: no te aísles. Mantén tus relaciones personales, queda para tomar un café con una amiga, cena a solas con tu pareja... Cuando hablamos con otras personas nos sentimos mejor.
  • Respirar: respira lentamente, medita si puedes, aprecia y toma conciencia de las pequeñas cosas del día a día. Vive en el presente todo lo que puedas.

Y sobre todo, pon límites y aprende a pedir ayuda. No es bueno cuidar en solitario ni cargar con toda la responsabilidad, si puedes evitarlo. Comparte responsabilidades y tareas.

Crea un entorno seguro para la persona dependiente

Prevé los riesgos en el hogar y cuenta con productos de apoyo.

Planifica y considera si necesitarás alguna modificación en el hogar, como una cama articulada, grúa, silla de ruedas, silla de ducha, elevador de WC, mesas auxiliares con ruedas o andadores. Todos estos equipos de asistencia pueden ayudarte a mejorar la seguridad y la movilidad de la persona dependiente y evitar accidentes.

Realiza las adaptaciones en el hogar necesarias para minimizar el riesgo de caídas y lesiones, como instalar pasamanos, barras de seguridad en el baño o eliminar obstáculos.

En el Centro de Vida Independiente puedes encontrar muchos consejos y profesionales que te ayudarán a lograr un hogar práctico y seguro para ti y la persona dependiente a la que cuidas.

Planifica las finanzas

Las finanzas son uno de los grandes desafíos con los que nos enfrentamos al cuidar de una persona dependiente y poder garantizarle la seguridad, la tranquilidad y el bienestar que necesita en esta etapa de la vida.

Un plan económico adecuado te ayudará a afrontar esta etapa sin que el dinero sea una preocupación añadida.

¿Qué consejos podemos darte?

Recursos financieros

Determina los ingresos y los activos de la persona dependiente, así como cualquier ayuda o pensión que pueda tener. Todo esto te ayudará a saber con qué puedes contar.

Establece un presupuesto realista

Haz un presupuesto que tenga en cuenta todos los gastos relacionados con los cuidados, como la atención médica, la alimentación, la vivienda, los medicamentos, las adaptaciones o productos de apoyo que pueda necesitar o la ayuda a domicilio si es necesario.

Solicita las ayudas que da la ley de dependencia

La ley de dependencia establece un marco legal para la protección y la atención a las personas en situación de dependencia. Esta ley reconoce el derecho de estas personas a recibir prestaciones y servicios que les permitan cubrir sus necesidades básicas y mejorar su calidad de vida. Todos aquellos que tengan reconocido un grado de dependencia pueden solicitarlas.

Anticípate a situaciones futuras

Lamentablemente, la dependencia es una situación que empeora con el paso de los años. Aunque ahora la persona dependiente no necesite un servicio de ayuda a domicilio, un centro de día o una residencia, no significa que nunca lo necesitará. Ahorra por si llega ese momento y, si quieres hacer uso de los recursos públicos, infórmate ya de cómo funciona para optar a una residencia con plazas públicas.

Estrategias para un mejor cuidado

Ten en cuenta que en el día a día os podéis encontrar con rutinas que requieran de medidas o conocimientos específicos, teniendo en cuenta la situación física de la persona cuidada.

Por ejemplo, es muy importante saber movilizar a la persona a la que cuidamos para levantarse de la cama, para ir al baño, etc., sin que ello suponga un deterioro en la salud tanto de la persona cuidadora como de la persona mayor.

En cuánto a la alimentación, si estamos ante una situación de dependencia avanzada, puede haber problemas para deglutir o puede haber dificultades para ingerir alimentos y bebidas. En algunos casos será necesario ser guiado por profesionales para una correcta nutrición e hidratación de la persona dependiente.

Otra situación muy común con la llegada de una vejez avanzada o de algunas enfermedades es la incontinencia urinaria.

La higiene personal proporciona bienestar y evita complicaciones de salud. A la vez es un acto de máxima intimidad y que requiere de implicación y de máxima confianza.  Un adecuado aseo de tu familiar así como del espacio o vivienda es fundamental para una atención de calidad.

Será necesario ver si se requieren adaptaciones técnicas que faciliten las tareas de higiene y garanticen la seguridad de las personas implicadas.

Y recuerda que si la situación te supera siempre puedes pedir ayuda a un profesional que os pueda asesorar para atender de la mejor manera posible a tu ser querido.
 

Buscar recursos y delegar en profesionales el cuidado de una persona dependiente

Aunque la situación te parezca demasiado para ti o a veces sientas que te viene grande. No estás solo. Existen toda una serie de recursos públicos y privados al alcance de cualquier ciudadano que lo necesite. Aquí tienes un resumen de las ayudas públicas que existen ahora misma para personas en situación de dependencia

Por otro lado, quizás necesitas delegar algunas tareas para poder dedicarle horas de calidad a tu ser querido y tener otra energía. ¿Necesitas que te echemos una mano? En Aliura te guiamos paso a paso durante todo el proceso de dependencia para ayudarte a gestionar la situación y conciliar el cuidado de la mejor manera para vosotros.

Llámanos y te asesoramos de forma gratuita sin ningún compromiso: 93 707 63 76.